miércoles, 25 de diciembre de 2013

Un auge que no viene acompañado de normativa

Buscando información sobre el estado de la acupuntura en España, encontré un interesante artículo de 20minutos que hablaba precisamente sobre ello. En él se destacan varias de sus bondades y se habla entre otras cosas sobre que existen 3000 médicos acupuntores, varias organizaciones tanto nacionales como internacionales que apoyan la acupuntura y un gran crecimiento del número de pacientes -especialmente con problemas crónicos- que deciden someterse a esta terapia.

Más adelante, yendo de enlace en enlace, dí con un artículo de una página sobre escepticismo -que ya conocía y que recomiendo fervientemente- en el que se mencionaba un caso concreto, el de la judoka olímpica canadiense Kim Ribble-Orr, que tras someterse a acupuntura sufrió un colapso pulmonar como resultado de una mala praxis por parte del terapeuta que acabó con su carrera. Más adelante habla también sobre casos de gente que ha sufrido problemas graves o incluso muerto (muy famoso el caso de Steve Jobs, que quizás podría haberse recuperado de haberse sometido al tratamiento adecuado desde el principio) debido a la creencia en pseudociencias, pero realmente no es de lo que quiero hablar aquí.

La relación entre los dos artículos es la siguiente: la acupuntura evidentemente está en auge. Está en boca de muchos y en la mente de otros tantos, planteándosela como una posibilidad. Se habla bastante de sus bondades y, siendo sinceros, a los occidentales en especial nos llama mucho lo exótico, y si es chino aún más. El problema es que este aumento de su importancia no se ve acompañado de una legislación que nos permita disfrutar más de sus bondades que de sus riesgos.

En el artículo de 20minutos se comenta que existen 3000 médicos acupunturos según datos de la Asociación Colegial de Médicos Acupuntores del Colegio de Médicos de Madrid, la mayoría con títulos extranjeros (de China) y otros tantos con títulos de acupuntor cuya procedencia u organismo otorgador no especifican. Y ahí no se contabilizan los acupuntores que no son médicos, que también hay bastantes -no he podido desgraciadamente encontrar cifras en Internet, pero no es infrecuente ver anuncios de cursos de acupuntura, entre otras terapias, en farolas-.

La cuestión es, ¿tener el título de médico es suficiente, aunque las titulaciones de acupuntura no estén reguladas y, por tanto, puedan proporcionar una formación mediocre e ineficaz que pueda resultar en una futura mala praxis por parte del profesional? Y lo que es más, ¿qué pasa con aquellos que no son médicos, pero practican la acupuntura porque hicieron "un cursillo de unas cuantas semanas"?

Es cierto que cada vez la acupuntura se demanda más, y eso puede hacer -y de hecho, lo hace- que un gran número de estafadores vean en ella una oportunidad, pues por unos cuantos euros y en unas pocas de horas pueden abrir una "clínica" propia y, título de acupuntor por la Universidad Mágico-energética de Alpedrete en mano, insertar agujas a distro y siniestro para "ayudar" al cliente.

Por eso, sería lógico que existiera una normativa bien fundamentada que regulara tanto quién expede los cursos como cuál es el contenido de los mismos, además de los requerimientos para poder apuntarse y obtener el título de acupuntor. Sin embargo, esto no es así en la mayor parte de los casos, lo que deja un agujero legal muy peligroso para todo aquél que desee probar esta terapia.

Algo importante a definir entre los requisitos, a mi modo de ver, es tener una carrera sanitaria, en concreto Medicina o Fisioterapia. El por qué no incluyo Enfermería no es más que porque su estudio sobre las estructuras anatómicas, especialmente musculares, no es demasiado completo -al menos no lo suficiente para cumplir con la labor de acupuntor-, además de que aunque como es de esperar saben mucho sobre las enfermedades, realmente están más centrados en los cuidados del paciente para lograr su recuperación, más que en la instauración de una terapia como tal -sí, ya sé que en sí mismo es una terapia, pero por favor querido lector, trata de no darle demasiadas vueltas al asunto porque ambos nos entendemos-.

Los fisioterapeutas y los médicos, por su parte, tienen un conocimiento más profundo del cuerpo humano, y en concreto los fisioterapeutas manejan como nadie las terapias corporales, especialmente en el ámbito neuromuscular, que es donde la acupuntura juega el que es su papel actualmente más interesante.

Así pues, mínimo deberían tener una titulación de cualquiera de las dos carreras sanitarias anteriormente descritas. Pero un buen médico o un buen fisioterapeuta no tiene por qué ser un buen acupuntor, requiere una formación rigurosa y adecuada, y es por ello que debería también legislarse una titulación de acupuntor.

Así que así es como están las cosas actualmente. Con la acupuntura en España como una posible atracción para estafadores, en perjuicio de los potenciales pacientes. Esperemos que de aquí a unos años el gobierno deje de preocuparse porque salgamos a la calle a ejercer nuestro derecho a quejarnos y regule no solo la acupuntura, sino otras terapias alternativas. Y que lo haga bien, porque ya estamos viendo lo que quiere hacer con la homeopatía.

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